A
partir de la aparición del sonido en el cine, ya no fueron
suficientes las caídas, las persecuciones o las tartas de nata
estrellándose en la cara. Hacían falta diálogos chispeantes,
chistes, juegos de palabras... Muchos de los guionistas del mudo se
adaptaron a los nuevos tiempos, a fin de cuentas contar una historia
siempre será contar una historia. Sin embargo, hacía falta más.
Ese algo más que faltaba lo aportaron escritores llegados a
Hollywood desde los escenarios de Broadway e incluso desde los más
modestos teatros de vodevil de cualquier pueblucho. El caso era hacer
reír a los espectadores, algo muy necesario en el tristísimo
escenario de la recesión y la pobreza en que quedó sumida América
después del crak del 29.
Tipos
como W. C. Fields, Eddie Cantor, Jimmy Durante o Joe Brow, obraron el
milagro de hacer reír durante hora y media a obreros en paro,
deshauciados y otros naúfragos sociales, por el módico precio de la
entrada en un cine de barrio. Algunas comedias y alguno de esos
comediantes también se hicieron populares en Europa. Otros fueron de
exclusivo consumo interno, porque su humor resultaba demasiado
americano o porque sus chistes resistían mal las traducciones a
otros idiomas.
Hoy
os dejamos el enlace para acceder al vídeo de Las
minas del rey Salmonete, una parodia de las películas
de aventuras africanas filmada en 1949. Bastante más tarde de la
época que acabamos de describir. Son sus protagonistas Bud Abbott y
Lou Costello, dos cómicos de serie B que arrasaron en las taquillas
americanas y en Europa gozaron también del favor del público. Se
trata de un humor facilón y hasta simplón, pero sirve para pasar un
rato entretenido. Haced clic en la carátula
y comprobadlo vosotros mismos.
Próxima
entrega: ¡Más madera!
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