Había
que ser muy buena para ser la favorita de Frank Capra, uno de los
mejores directores de actrices de la historia cinematográfica. Jean
Arthur lo era
sin ninguna duda. Durante la década de los treinta esta cómica
magnífica protagonizó algunas de las mejores películas. Fue
inolvidable formando pareja con el joven Gary Cooper o con Jimmy
Stewart, su caballero sin espada. En aquellas escenas corales de
Capra, tan aficionado a recrear en la pantalla las redacciones de los
diarios, Jean Arthur irrumpía como un torbellino con su melenita
rubia y su determinación dibujada en el rostro. Arthur representó
el espíritu de la joven democracia americana. Un símbolo para el
mundo.
Lástima
que no supo o no pudo envejecer bien. La Jean Arthur de los cuarenta
no se adaptó a los papeles de heroína dramática que le
propusieron. Simplemente cumplió en su rol de madre prendada del
forastero en Raíces
profundas, un filme
construido alrededor de la figura emergente de Alan Ladd.
En
esta entrega os brindamos el enlace para visionar un montaje musical
sobre secuencias de esta leyenda del cine. Haced clic sobre la
ilustración y recrearos un par de minutos con la eternamente joven
Jean Arthur.
Próxima
entrega: Jean Harlow
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