fuente: historiacultural.com |
Como
es bien sabido, nuestros remotos antepasados eran monos que caminaban a cuatro
patas. La primera adaptación consistió en adquirir la postura erguida que
caracteriza a los toreros y a los infantes de marina. Esto constituyó no sólo
un importante avance evolutivo, sino también un ahorro considerable, porque
gracias a caminar erguidos, hoy día compramos los zapatos de dos en dos, y no
de cuatro en cuatro. La mayoría de los economistas cifran este ahorro en el
cincuenta por ciento aproximadamente, aunque hay algunos más prudentes que, no
queriendo lanzar las campanas al vuelo, lo sitúan entre el cuarenta y el
cuarenta y cinco. Mera cuestión de matices.
El
segundo gran logro fue el dominio del fuego. En torno a las
hogueras se amplió considerablemente la vida social del hombre primitivo, que
contempló estupefacto cómo acudía a las barbacoas un número ingente de
parientes de su esposa, cuya existencia ni siquiera sospechaba. Además el fuego
resultó esencial en los periodos glaciales que llegaron después. En ellos gran
parte del hemisferio norte se cubrió de hielo, lo que no sólo resultaba
extraordinariamente molesto, sino sobre todo, completamente inútil, ya que aun
no se habían inventado la ginebra ni el agua tónica.
fuente: glamboy69.wordpress.com |
fuente: losorigenesdelhombre.blogspot.com |
Con
aquel frío espantoso nuestros ancestros no tuvieron más remedio que buscar
refugio, y se hicieron cavernícolas. En la oscuridad de la cueva, los gestos y
la mímica característica de los simios no servían de gran cosa, así que
forzosamente tuvo que desarrollarse la comunicación por medio del lenguaje. Al
principio los cavernícolas sólo emitían gruñidos. Un gruñido significaba ¿qué
hay de cenar?, dos gruñidos expresaban ¿pero viene o no viene esa
maldita cena?, y cuando el cazador paleolítico perdía definitivamente
la compostura, gruñía tres veces, lo que se traducía por odio a muerte a todas tus
hermanas. Entonces la hembra pegaba un berrido con el significado: si no
dejas de gruñir, me largo a la cueva de mi madre, lo que causaba el
inmediato apaciguamiento del macho.
Un
día por mera casualidad, un muchacho adolescente juntó varias sílabas, y
articuló: Monica-Belluci. Aunque entonces aquellas palabras carecían de
significado, produjeron en los machos de la tribu un placer tan indescriptible,
que les animaron a seguir juntando sílabas e inventando palabras complejas como
salva-slip,
ontología y esternocleidomastoideo. Cualquiera diría que de esos
balbucientes inicios al Ulises de Joyce, dista un abismo. No
lo creas, no es más que cuestión de ir degenerando…
fuente: sensacine.com |
Y
degenerando llegamos a nuestros días. En el título he prometido brevedad, así
que no voy a extenderme en detalles insignificantes como la revolución neolítica, el
imperio romano, el descubrimiento de América o los viajes espaciales.
Los que tenéis estudios sabéis perfectamente cómo ocurrieron todas esas cosas,
aunque hay quien dice que los jóvenes catalanes manejan una versión un poco deformada
por la propaganda nacionalista. Si me obligáis a destacar algo, diré que
después del fuego y el lenguaje hubo tres inventos cruciales: la
rueda, la tortilla de patata y el disco de vinilo, que por otra parte
responden a un único y perfectísimo diseño. Y como no quiero cansaros más, lo
dejaremos aquí. Seguid disfrutando de lo que quiera que sea que estuvierais
haciendo (en estos tiempos convulsos, me resisto siquiera a imaginarlo), y
seguid leyéndome de vez en cuando.
Camarero, hoy no tengo tiempo de almorzar. Tráigame sólo la cuenta. Groucho Marx
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