Rodrigo
Cota o Rodrigo de Cota fue un
toledano de origen judío nacido en 1434. Su padre, Alonso Cota, era un
recaudador de rentas reales a cuyo celo en su trabajo se quiere atribuir el
origen de la revuelta antijudía que se produjo en Toledo en 1449 donde quedó
arrasada la judería situada en el barrio de la Magdalena. Parece que el
instigador de los sucesos fue Pedro Sarmiento, y que tras el conflicto
religioso se ocultaba la lucha entre los partidarios del rey Juan II de
Castilla, y su hijo el príncipe Enrique. En cualquier caso, aquella orgía de
sangre, enésima en los reinos españoles de la época, marcó profundamente el
carácter del joven Rodrigo, arruinó su hacienda, y a punto estuvo de costarle
la vida.
Aparte de ese episodio, no se tienen prácticamente noticias biográficas sobre el personaje salvo las que pueden deducirse de su obra literaria. Sabemos que falleció en 1498, y no se conoce ningún retrato suyo.
La
obra tanto en verso como en prosa de Rodrigo de Cota, junto a la de otros
autores contemporáneos suyos como Pedro López de Ayala, Juan de Mena o Fernando
de Rojas, se encuadra en la literatura renacentista, si bien tanto sus Diálogos como la misma Celestina, podría decirse que inauguran
nuestro prolífico Siglo de Oro, por lo que cobra una importancia singular en la
historia de la literatura en castellano.
La
pieza más importante de su producción se publicó póstumamente, en 1511,
formando parte del Cancionero general
de Hernando del Castillo. En él aparece su Diálogo entre el
Amor y un viejo, compuesto por setenta estrofas de nueve versos
divididas en dos partes. Triunfa el Amor en la disputa haciendo burla del viejo
y su decrepitud, una metáfora del tiempo
nuevo que representó el movimiento renacentista, que por cierto se repite
en muchos otros autores tanto españoles como europeos. Es la obra cuya lectura
os proponemos hoy. Clic en el enlace para
acceder a la magnífica versión digital.
Rodrigo de Cota sobresalió también en la sátira. Fue autor de unos versos que ridiculizaban a Diego Arias Dávila, judeoconverso como él, que remató con un epitafio burlón fechado hacia 1472. Los versos tienen un gran interés historiográfico sobre todo por la meticulosa descripción que hacen de la vida y costumbres de las familias judías de su tiempo.
En
la misma línea satírica están también sus Coplas del Provincial y las Coplas
de Mingo Revulgo, cuya autoría se había adjudicado a Hernando del
Pulgar, pero recientes investigaciones atribuyen a Rodrigo de Cota al parecer
con mayor probabilidad. Estamos en un
tiempo en que los autores fusilaban obras ajenas sin el menor pudor,
reeditándolas y haciéndolas pasar por suyas con el mero aderezo de unos versos
o algún capítulo añadido.
Y
en esa misma línea, al parecer recientes investigaciones atribuyen también a
Rodrigo de Cota la autoría del primer acto de La Celestina, nada menos. Si eso se terminara de confirmar, a Cota
habría que adjudicar la gloria de la invención de la trama y el dibujo de los
personajes, que más tarde Fernando de Rojas, otro judeoconverso por cierto,
desarrolló y pulió hasta dar a la imprenta La
Tragicomedia de los amores de Calisto y Melibea, una de las cumbres de las
letras españolas y universales.
En
todo caso, Rodrigo de Cota merece ocupar un puesto de honor en la lírica
castellana y también en la dramaturgia. Moratín, en su libro Orígenes del teatro español, cita a Cota
como ejemplo y precursor de los tiempos teatrales: planteamiento, nudo y
desenlace. Le atribuye también influencia decisiva en la obra de Juan del
Encina y otros autores posteriores.
En casa Bigotini no queremos ser menos que Moratín, y nos sumamos con entusiasmo al elogio de Rodrigo de Cota, judío, español y poeta que supo ejercer esos tres difíciles oficios con solvencia y gracia singulares.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Di%C3%A1logo+entre+el+Amor+y+un+viejo.pdf
Mi novio se ha venido a vivir conmigo y es alérgico a mi perro, así que si alguien quiere adoptarlo, se llama Paco y es electricista.
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