Su
verdadero nombre era Irving Joel Rafsky, un judío neoyorquino de Brooklyn
nacido hacia 1900, que ocultó durante años su origen ante el antisemitismo
reinante en el negocio del cómic y la animación, firmando sus trabajos como Jay Irving.
Artista
autodidacta, Irving nunca pisó una academia de dibujo. Según propia confesión,
le enseñaron a dibujar el lápiz y el papel. Sus comienzos profesionales en la
década de los veinte los hizo en el dibujo publicitario. En esa época trabajaba
en una agencia, y lo ocultó en su casa, diciendo a la familia que se dedicaba a
vender seguros. Se inició en el cómic al final de esa década con la serie Bozo
Blimp para el King Features Syndicate. A partir de 1932 comenzó su
colaboración con la revista Collier’s, para la que dibujó algunas de sus
portadas más recordadas. En 1946 apareció su tira Willie Doodle, un policía
gordo y jovial, acaso inspirado en el padre del artista que fue policía en
Nueva York. Y a partir de 1955 hasta su fallecimiento en 1969, Irving se dedicó
en exclusiva a Pottsy, que fue su serie más popular, protagonizada por otro
policía muy parecido a sus anteriores personajes. Digamos como curiosidad que
el término pottsy acabó entrando en
el lenguaje de la calle, primero como sinónimo de una insignia de policía
falsificada, y más tarde por extensión, como referencia a cualquier objeto
falso en general. La policía de Nueva York adoptó a Pottsy como una especie de
mascota, y distinguió a Irving con varias condecoraciones.
En
nuestra pequeña Historia del Cómic bigotiniana nos encantan el estilo
curvilíneo de sus dibujos y el divertido humor de Jay Irving. Aquí tenéis una
muestra de su trabajo. Esperamos que os guste.
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