El
cine y el cómic, el séptimo y el noveno arte, junto al octavo, la fotografía,
surgieron históricamente casi a la vez o con muy poca diferencia cronológica.
Que el cine ha incorporado muchos elementos del tebeo es algo tan evidente que
no precisa mayor insistencia. Sobre todo, claro, el cine de animación, pero
también el cine convencional. Basta recordar que han sido llevados al cine
héroes como Supermán, Batman, Tintín, Asterix, Popeye, los Picapiedra, nuestros
muy nacionales Mortadelo y Filemón, y un larguísimo etcétera.
Algo menos evidente para espectadores y lectores es el camino inverso, el cine trasladado al cómic. Ya desde los pioneros del mudo, dibujantes tanto americanos como europeos, le prestaron especial atención al fenómeno cinematográfico. Los Keistone Kops, aquellos polis ridículos corriendo como pollos sin cabeza, Chaplin, Keaton, Laurel y Hardy, los primeros western…, todos esos y muchos más pasaron del celuloide a los suplementos dominicales, haciendo reír a millones de lectores. También en España aparecieron publicaciones como TBO o como el semanario Charlot que hasta en el mismo título dejaba bien patente su especial atención al cine. En América ilustradores como Feg Murray produjeron páginas semanales inspiradas en los héroes y heroínas de las pantallas. Ya en la Edad Dorada, las estrellas de Hollywood triunfaron también en las tiras cómicas, incluso las grandes divas se convirtieron en protagonistas de recortables para niñas. En Europa algunos de los grandes trasladaron al papel los ídolos cinematográficos, como Gosciny y Uderzo, los padres de Asterix, o como Milo Manara y su formidable serie de ilustraciones y álbumes dedicados a Federico Fellini y su genio creador. Ya en época bien reciente, hay dibujantes que han retomado los superhéroes de Marvel tras su paso por el cine de acción más actual…
En
definitiva, cine y cómic han formado y forman una sociedad artística tan
atractiva como demuestran los ejemplos que aquí os ofrecemos. En nuestra
pequeña Historia del Cómic y la Ilustración no podíamos dejar de ocuparnos del
cine que, como sabéis, es además otra de nuestras pasiones.
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