Greer Garson poseía una de esas
bellezas serenas, casi hierática, que fascinaba a la cámara y a los
espectadores. Era una irlandesa pelirroja y alta, tan alta que alguna de sus
parejas masculinas hubo de recurrir a ciertos artificios a los que tan
aficionados eran en Hollywood, para elevar su estatura. En aquel glamuroso
universo cinematográfico habría sido impensable que la chica fuera medio palmo
más alta que el galán. Era además una formidable actriz. Tras el inevitable
noviciado en papeles de reparto, Greer Garson demostró sus grandes dotes
interpretativas tanto en comedias como en melodramas. El de 1940 fue para ella
un año prodigioso en que protagonizó Adiós
Mr. Chips y Orgullo y prejuicio.
Su entonación clásica y su pose de gran dama impresionaron en ambas a crítica y
público y hasta a sus compañeros masculinos, Robert Donat y Lawrence Olivier.
Fue seis veces nominada a los premios Oscar, y al fin lo obtuvo en 1942 por su
magistral papel en La señora Miniver,
todo un clásico inolvidable.
Para recordar y homenajear a la Garson como merece, os dejamos el enlace (hágase clic en él) con un breve montaje de música e imágenes con ella como protagonista. Buen provecho.
https://www.youtube.com/watch?v=_JHCMnGfWDw
Próxima
entrega: Teresa Wright
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