En
febrero de 1837, a las pocas horas de su nacimiento, fue llevada a bautizar a
la capilla del Hospital Real de Santiago de Compostela una niña que recibió los
nombres de María, Rosalía y Rita. Llegó en brazos de una sirvienta, Francisca, su
madrina, y fue inscrita como hija de padres desconocidos. Sus biógrafos
supieron años después que Rosalía de
Castro era hija de Mª Teresa Castro, una hidalga soltera con
pocos recursos, y de José Martínez, un cura de la vecindad.
Se
hizo cargo de la pequeña su tía Teresa Martínez, residente en la aldea de
Castro de Ortoño, donde transcurrió su infancia. Convivió algunas temporadas
con su madre en Padrón, y hacia 1850, ya adolescente, se trasladó con ella a
Santiago. Allí fue instruida en música y dibujo, las actividades que
interesaban a las señoritas de aquel tiempo. Conoció entonces a intelectuales y
poetas como Eduardo Pondal, como Aurelio Aguirre, con el que acaso mantuvo su
primera relación sentimental, o como Manuel Murguía, quien años más tarde sería
su marido.
Rosalía
se trasladó a la madrileña calle de la Ballesta en 1856, quizá para alejarse
del escándalo que provocó su relación con Aguirre. En Madrid publicó sus
primeras poesías en un folleto titulado La
flor. Se casó con Manuel Murguía en 1858, quien la animó en su carrera
literaria, consiguiendo la publicación de Cantares
Gallegos. La pareja realizó numerosos cambios de domicilio, residiendo en
muchos lugares de España, aunque de alguna forma se las arreglaron para que
todos sus hijos nacieran en Galicia. Fueron nada menos que siete, así que
considerando su permanente labor de crianza, su corta vida y su condición de
mujer, que entonces era una especie de minusvalía, parece un milagro que
Rosalía de Castro desarrollara con gran brillantez su actividad literaria. Más
aun si pensamos que buena parte de su obra poética fue escrita en gallego,
lengua que en su tiempo se consideraba propia de campesinos incultos. Falleció
en Iria Flavia en 1885, cuando contaba sólo cuarenta y ocho años. Junto a
Gustavo Adolfo Bécquer, puede considerarse a Rosalía como la precursora de la
poesía moderna en ambas lenguas, gallega y castellana.
Sus
obras poéticas más importantes en gallego son la citada Cantares Gallegos, y Follas
Novas, publicada en 1880. Junto a ellas cabe situar en la trilogía de
sus grandes poemarios, En las Orillas del Sar, libro de
poemas escrito en castellano y publicado en 1884.
En
su también extensa obra en prosa destacan La hija del mar, Flavio,
y sobre todas ellas El caballero de las botas azules,
sin duda su mejor novela, un cuento extraño, una enigmática fantasía satírica,
en la que se mezclan lo costumbrista, lo lírico y lo fantástico. Es la obra
cuya lectura Biblioteca Bigotini os propone. Haced
clic en la portada para acceder a la versión digital, y deleitaos con la fantástica prosa de
Rosalía de Castro, una cumbre tanto de las letras gallegas como españolas.
Es
feliz el que soñando muere. Desgraciado aquel que viva sin soñar. Rosalía de
Castro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario