Los
pliopitécidos evolucionaron en África a
comienzos del Oligoceno, hace unos 35 millones de años. Declinaron y se
extinguieron definitivamente en el Mioceno, hace 10 millones de años
aproximadamente. Pero claro está, dejaron descendencia, de la que seguiremos
ocupándonos en sucesivas entregas.
Aunque
presentan rasgos primitivos, como el hocico largo, el cerebro aun muy reducido,
y hasta en ciertos casos, conservan la cola, los pliopitécidos son la primera
familia fósil que podemos calificar como de simios
auténticos. Entre sus características más avanzadas que les
acercan a los simios modernos, pueden destacarse la mandíbula, la dentadura y
la visión estereoscópica ya completamente similar a la nuestra.
Propliopithecus |
Pliopithecus |
Dendropithecus |
Dendropithecus,
nombre específico cuya traducción es el simio de los árboles, es quien
para los paleontólogos actuales se perfila como el verdadero ancestro de los
gibones. Vivió entre principios y mediados del Mioceno, hace 15 o 20
millones de años, en el este de África, en Kenia concretamente. Sus patas
anteriores eran notablemente largas, por lo que debió braquiar con gran
eficacia. Toda su estructura física guarda un parecido extraordinario con la
del gibón, con excepción de su tamaño bastante menor, pues un Dendropithecus
adulto no sobrepasaba los 60
cm . de altura. También su alimentación era semejante a
la de los gibones, compuesta de frutas, hojas y flores. Sus hábitats eran
básicamente los bosques densos de tipo tropical, que en su época abundaron en
el África oriental.
Pues
bien, estos fueron los pliopitécidos.
Iniciaron un camino evolutivo que les convierte en remotos compañeros de viaje
genéticos de los grandes simios modernos y con toda probabilidad, también de
los homínidos. Muchas de sus adaptaciones avanzadas se han perpetuado tanto en
los simios recientes como en nosotros mismos. Próximamente retomaremos el hilo
de esta historia.
-Paquita,
llévame al circo.
-No
nene, que si te llevo, te contratan.
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