lunes, 15 de diciembre de 2014

CLAUDETTE COLBERT. SUCEDIÓ EN LOS TREINTA



En el periodo que precedió en Hollywood a la implantación del férreo código moral que limitó tanto los centímetros de piel que las estrellas podían descubrir, como la libertad de los guionistas, una mujer, Claudette Colbert, reinó en las pantallas de medio mundo.
No puede decirse que fuera una belleza. De hecho, su físico queda bastante alejado de nuestros cánones estéticos actuales. Diríamos que poseía una belleza algo anticuada incluso para su época. Sin embargo había en ella un encanto indefinible. Su condición de francesa (detalle que siempre ha fascinado a los varones americanos y a algunos otros no americanos) y una notable dosis de descaro, la convirtieron en una especie de mito erótico. Sus desnudos en Cleopatra de Cecil B. DeMille causaron una gran conmoción. DeMille sumergió a Claudette en una bañera llena de leche, y sencillamente la filmó mientras se frotaba con una esponja. Eso bastó para enardecer al público masculino, y para batir todos los registros de recaudación. Otro detalle que podrá dar una idea de la popularidad de la estrella, es que la productora Columbia utilizó su imagen para encarnar a América en la dama de la antorcha que aparecía al inicio de sus filmes de 1934.
En nuestra sección filmográfica os ofrecemos el enlace para visionar un breve recorrido fotográfico y musical que ilustra los primeros años de esta inolvidable estrella. Haced clic en la imagen y pasadlo bien.

Próxima entrega: Charles Laughton





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