El
provechoso aprendizaje de sus primeros años en la factoría de Mack Sennett,
permitió a la joven Carole Lombard
dominar todos los recursos de aquel cine cómico de la época muda. Siendo como
era una muchacha inteligente dotada de excepcional talento interpretativo,
aprovechó aquel caudal de comicidad en su carrera como actriz.
Carole
Lombard se convirtió de esta manera en la reina de la comedia. A su belleza
supo unir una elegancia natural y un agudo ingenio, de forma que no tuvo rival
en aquellas comedias románticas de los treinta. Fue la actriz preferida de
Lubitsch, porque supo mejor que ninguna otra captar la sutileza de sus diálogos
y poner un toque impagable de picardía en todas sus actuaciones ante las cámaras.
Desde
el blog de Bigotini os proponemos el enlace con este montaje musical y
fotográfico de la
estrella. Sirva como modesto tributo a la Lombard. Haced clic en la
ilustración y disfrutad unos minutos de su espléndida belleza.
Próxima entrega: Ernst Lubitsch
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